lunes, 8 de octubre de 2018

Nueva Acrópolis en Uruguay

Jorge Ángel Livraga Rizzi fundó Nueva Acrópolis (OINA) en Buenos Aires (Argentina) el 15 de julio de 1957. En 1963 iniciaría sus actividades en la vecina Uruguay. Actualmente cuenta con las siguientes sedes repartidas por el país:


Mapa de Uruguay

Sedes de Nueva Acrópolis en Uruguay:


* Montevideo:

Sede Pocitos:
Dirección:
Franzini 844
Teléfonos:
2711-8478 y 098155624
Correo:
informes.acropolis@gmail.com
Sede La Teja:
Dirección:
Conciliación 4117
Teléfonos:
2309-8267 y 099-041168
Correo:
informes.acropolis@gmail.com
Sede Las Piedras:
Dirección:
Torres García 650
Teléfono:
094083995
Correo:
informes.acropolis@gmail.com

* Maldonado:

Sede Maldonado:
Dirección:
Román Guerra 671 bis (pegado al mides)
Teléfono:
099546918
Correo:
informes.acropolis@gmail.com



domingo, 7 de octubre de 2018

Eclecticismo, buscando la verdad más allá del fanatismo



Llámase “Eclecticismo” a la posición que, sin objetar a priori cosa alguna, las analiza y contempla, las compara y relaciona, a fin de buscar las mejores, para destacar finalmente la más calificada como digna de aceptación.



Esta definición clara y concisa, de cara a la verdad, es frecuentemente olvidada en el uso vulgar del vocablo y en la interpretación superficial del concepto. Así, suele entenderse por «actitud ecléctica» la de los pusilánimes e indecisos, esos tuertos del alma que ven las cosas, pero sin la posibilidad de percibir la profundidad y perspectiva de las mismas. Para ellos, «eclecticismo» es bizantinismo dialéctico y diálogo en redondo, sin arribar ni arriesgarse jamás a una definición fecunda.

Si a uno de estos cultores del falso eclecticismo se le enfrentase con dos personas: una que afirmase que dos más dos son cuatro, y otra que, sostuviese que dos más dos, son seis, saldría del paso insinuando que dos más dos bien podrían ser cinco. Tímidos y abúlicos, fundamentalmente egoístas, no se arriesgan en la defensa de lo cierto, aunque son proclives a la crítica destructiva de todas las aseveraciones, por lógicas que sean.

Hoy, más que en otras ocasiones históricas, hace falta un verdadero eclecticismo, con escasa silogística y solera conceptual. En las cosas fundamentales, un artificial y cómodo «centrismo» suele ser una actitud de cobardía y una muestra de ignorancia.

El sentido común nos dicta que nadie acepta un automóvil que funcione a veces, un huevo medianamente fresco, un reloj que en ocasiones adelante y en otras atrase. Para las cosas importantes urge definirse: se está vivo o se está muerto; se ama o no se ama; es de día o es de noche. El eclecticismo no comprende la indefinición en menoscabo de la realidad. El eclecticismo, si es verdadero, es un acceso a la verdad; y una vez descubierta esta verdad se la debe mostrar, afirmar y proclamar, pese a quien pese y caiga quien caiga.

Eclecticismo no es la eterna duda cartesiana, sino la laboriosa afirmación platónica; no es la angustia de Kafka, sino la voluntad de ser de Schopenhauer; no es la contemplación abúlica y descomprometida sino la historicidad de la juventud que sabe por qué vive y por qué muere.

Cuando el Nuevo Testamento rechaza a los tibios, sabe por qué lo hace. El agua caliente cocina los alimentos; la fría calma la sed; pero la tibia sólo sirve para fomentos y lavados de estómago.

En este mundo conflictivo en donde el materialismo arremete contra todo lo digno y bueno, los falsos eclécticos son sus colaboradores más temibles, pues con sus posturas pseudopacifistas y pseudofilosóficas atentan contra las fuerzas verticales de la verdadera filosofía y del verdadero eclecticismo.

Debemos ser eclécticos, pero de los verdaderos, de los activos buscadores de la verdad; de esos que, cuando la encuentran, la descubren y la proclaman sin concesiones a la enanocracia intelectual, a la conveniencia ni a la moda.

Jorge Ángel Livraga Rizzi.