"Lo religioso no es algo que mutile al
ser humano, sino que lo potencia. No es el “opio de los pueblos”; por el
contrario, es lo que nos ha permitido elevar los más grandes monumentos. ¿No
está acaso la fuerza de Dios tras las pirámides de Egipto, tras las piedras
de Stonehenge, en la catedral de Nôtre Dame?, ¿no está en las obras
de san Bernardo, en los caminos de los templarios, en las distintas formas
religiosas que ha asumido el budismo con la escuela Mahâyâna y
la Hînayâna? A través de todas esas formas aparece Dios, lo que nosotros
llamamos Dios".
Jorge Ángel Livraga Rizzi
("Fundamentos de la naturaleza religiosa
del hombre")