“Acrópolis es, simplemente, una actitud nueva
frente a la vida. Acrópolis se dirige a la juventud, pero no solamente a la
juventud de carne y hueso; Acrópolis se dirige a lo que llamaban los griegos la
Afrodita de Oro, a la juventud interior. Porque, como tantas veces hemos dicho,
un hombre no envejece cuando se le arrugan las células epiteliales, no, no; un
hombre envejece cuando se le arrugan los sueños, un hombre envejece cuando se
le arrugan las esperanzas”.
Jorge Ángel Livraga Rizzi
(“Yo, tú, él, ¿cómo podemos ser nosotros?”)
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